Todos los seres humanos posemos una cadena de comportamientos que vienen adquiridos por unos componentes condicionantes. Unos son debidos a la sociedad, otros a la educación recibida y otros a situaciones sobre las que no tenemos ningún tipo de control. El consumo y en consecuencia la adicción pueden estar causados por la presión social, por comportamientos imitados de otras personas, pero también por un desorden emocional o psíquico.
Este tipo situaciones pueden llevar al consumo y abuso de todo tipo de sustancias que originan cambios en la situación mental de la persona. La ansiedad puede llevar a quien la sufre a comer en exceso y engordar, pero también puede hacer que el consumo de alcohol se dispare y resulte dañino. Ese mismo problema puede aplicarse en el consumo de otras sustancias tóxicas, como la cocaína o la marihuana
Su consumo puede enmascarar un problema de autoestima, una depresión u otro tipo de inestabilidad mental. Si se conoce la causa que provoca esta otra enfermedad, la adicción, se puede atacar con mayor eficacia y se consiguen resultados mucho más efectivos con el tratamiento.
Porque de nada sirve tratar a la adicción como enfermedad separada del resto de diagnósticos. Se puede conseguir un resultado positivo al tratarla, pero si el problema de fondo persiste, existe un alto riesgo de recaída. Una vez eliminado el problema de esta adicción, hay que continuar con un tratamiento para descubrir, si es necesario, la fuente que causa el consumo y tratándolo, para darle también una solución y obtener el equilibrio en la vida de la persona.
